ahora es la hora

Hay días en que todo se pone en tu contra, días que crees que el mundo va en otra dirección y en los cuales remar a contracorriente es una necesidad vital. Los años pasan y, mientras, tú permaneces en la misma baldosa, ella está fría y tú descalzo, debes dar el siguiente paso, pero tus piernas no te responden, de eso viven. Te chupan el alma como un sediento bebe de la más cristalina agua. Es el ciclo, debes rendirte, es la hora.

La hora llega y crees que ya deberías estar consumiéndote y fundiéndote con el suelo. Bien, el león no es tan fiero como lo pintan, ellos lo sabían y eligieron tu ignorancia, pero ahora lo sabes, sonríes, confías, subes la cabeza y pegas una gran bocanada de libertad que te sabe a gloria cuando solo es un aire pútrido. Sigues en el mismo lugar, pero sabes que tus piernas responderán cuando lo necesites.